¿Prohibir o regular cigarros electrónicos y “vapers” en México? Decisión importante de salud pública

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Los vapeadores y cigarrillos electrónicos que oficialmente están prohibidos se pueden comprar no sólo en internet sino en muchas plazas comerciales en las principales ciudades del país.

En estos días, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) resolverá una contradicción de tesis para determinar si prohíbe o regula los cigarros electrónicos y vapeadores.

Es un tema que ha sido controvertido en México desde hace años, que se ha quedado como en el limbo precisamente porque los que toman las decisiones no se han animado a definirlo, pero es una decisión importante que tiene mucho qué ver con la salud pública del país.

Y México debe definirse ya al respecto porque es innegable que en los últimos años se ha detonado un mercado negro irregular que es más dañino porque es incontrolable. Los vapeadores y cigarrillos electrónicos que oficialmente están prohibidos se pueden comprar no sólo en internet sino en muchas plazas comerciales en las principales ciudades del país.

El riesgo en este caso es que al ser mercado negro está descontrolado, las autoridades -sin reglas- no tienen herramientas ni dientes para castigarlos y por lo mismo el riesgo es mayor para adolescentes y jóvenes expuestos a productos importados de contrabando, quizá de baja calidad y sin trazabilidad alguna sobre su origen y manejo.

Consenso en Legislativo para regular el cigarro electrónico

Por otro lado, en el Poder Legislativo hay consenso multipartidista para regular el cigarro electrónico. Actualmente existen 26 iniciativas que buscan regular los cigarros electrónicos, 16 en la Cámara de Diputados y 10 en la Cámara de Senadores. Todos los partidos, salvo el PRD, han presentado al menos una iniciativa. De éstas 22 iniciativas proponen regular en vez de prohibir, 4 proponen mantener la prohibición.

Estas iniciativas también coinciden en sus argumentaciones principales para apoyar la regulación, mismas que se pueden resumir en 4 puntos:

  • Proteger a niños y adolescentes con consecuencias legales claras para quienes venden estos productos a menores de edad.
  • Proteger a adultos fumadores que buscan una alternativa menos dañina al cigarro de combustión, pero que hoy están orillados a obtener estos productos en el mercado negro con todos los riesgos sanitarios que eso implica.
  • Proteger el derecho a la libre determinación de la personalidad, tal como se argumentó en el caso de la legalización de la mariguana.
  • Cobrar IEPS a un producto que se comercializa abiertamente, pero cuyas ganancias quedan en manos del mercado negro.

Destacan las iniciativas de los morenistas Lorenia Valles y Ricardo Monreal, cuyas propuestas de ley están pendientes de discutir en la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados.

Dos mil millones de pesos, es la cantidad calculada que se podría recaudar en el primer año. Es una cantidad similar al presupuesto anual de la Comisión Nacional contra las Adicciones (Conadic) y son recursos que siguiendo este ejemplo sí podrían destinarse a campañas de información y prevención de consumo entre menores.

Tanto Morena como el PRI incluyen la discusión sobre estos dispositivos en sus agendas legislativas para el actual periodo de sesiones.

Médicos piden regular el vapeo

Otro aspecto interesante en esta ocasión es que un grupo de destacados médicos enviaron una carta a los ministros del Poder Judicial en donde les piden regular de manera estricta tomando como base la evidencia científica y la experiencia de países como Inglaterra, Nueva Zelanda y Japón.

Resulta que los gobiernos en estas naciones han logrado disminuir el consumo de cigarros combustibles con la introducción de dispositivos electrónicos que eliminan la combustión, principal causa de las enfermedades relacionadas con el hábito de fumar.

En el documento que enviaron a la SCJN, estos médicos expresan su oposición a la prohibición, indicando que históricamente ha sido costosa y socialmente ineficiente e ineficaz. Más de 35 médicos destacados firmaron el documento, entre los que se encuentran el médico infectólogo y experto en epidemiología doctor Alejandro Macías, el doctor Christian Heinrich, el doctor Gustavo Olaiz Fernández, excomisionado del regulador sanitario Cofepris; la doctora Ana Gabriela Lozano; el doctor Malaquias López Cervantes que también ha sido autoridad en la Secretaría de Salud; el doctor Tomás Barrientos; la doctora Carolina Zepeda Tena, entre otros.

¿Y la tendencia internacional?

A nivel internacional viene una tendencia desde hace años hacia la regulación de estos productos electrónicos porque los consideran menos dañinos que el humo del cigarrillo y en algunos casos los aceptan como opción para apoyar a fumadores que desean dejar el cigarrillo convencional.

Por ejemplo el organismo de salud pública de Canadá promueve en sus campañas: “Si usted es fumador, vapear es una opción menos dañina que fumar”. “Se sabe que la nicotina no causa cáncer”. “Reemplazar completamente el cigarro por el vapeo reducirá su exposición a productos químicos nocivos. Hay mejoras de salud general a corto plazo si cambia completamente de fumar cigarrillos a productos de vapeo”.

En Inglaterra, Public Health England, también es contundente: “Nuestra nueva revisión refuerza el hallazgo de que el vapeo es una fracción del riesgo de fumar, al menos un 95% menos dañino y de riesgo insignificante para los fumadores pasivos. Sin embargo, más de la mitad de los fumadores creen falsamente que vapear es tan dañino como fumar o simplemente no saben”. Pero al mimso tiempo han advertido sobre el riesgo de que la brecha de desigualdad se eleve por el acceso diferenciado de los dispositivos electrónicos.

Hay grupos Provapeo movilizados

En México la industria del cigarrillo seguro está muy pendiente de este proceso, lo cual quizá. Hoy es claro que ya no debe estigmatizarse pues es mil veces más conveniente para cualquier país tener operando una industria formal de vapeadores y cigarrillos electrónicos bien regulada y vigilada, aportando a la recaudación, en vez de empresas desconocidas que están ingresando al país productos de origen desconocido y sin control de nada con riesgo para la salud pública.

Los usuarios también se han movilizado. Un grupo organizado de usuarios de estos dispositivos, llamado Provapeo México, A.C., envió su posicionamiento a los ministros de la SCJN pidiendo se termine con la prohibición. En un documento firmado por Tomás O’Gorman, cofundador de Provapeo México, presentaron la evidencia científica que demuestra que los dispositivos electrónicos para suministrar nicotina son mucho mejores opciones que el cigarro combustible. Prohibirlos, argumentan, incrementa el mercado negro, no protege a los menores de edad, viola el derecho humano a la salud y a la libre personalidad, ignora el principio de reducción de daños, puede ocasionar que ex fumadores vuelvan al cigarro combustible, estigmatiza a los fumadores e impide que el estado recaude más impuestos.

Es la primera vez que vemos a profesionales de la salud y usuarios hablar públicamente a favor de la regulación. Los ministros tienen en sus manos una decisión histórica y lo más importante es que promuevan una regulación estricta y equilibrada, donde deberán considerar a los más de 15 millones de fumadores y sus familiares que viven en México, que quizá podrían tener una opción menos dañina que el cigarro y el humo, y al mismo tiempo una regulación que proteja de verdad a los no fumadores y menores de edad. Otros países lo han hecho factible y México quizá también podría demostrarlo.

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